EL AMOR NO ES SOLO PASIÓN

En nuestra cultura, el amor es a menudo el único refugio donde puedes realizar tu yo profundo, salir del anonimato y la soledad. Pero el amor se entiende sólo como pasión, emoción que se deifica a expensas del vínculo que se reduce a la moderación, la prohibición, la rutina, el aburrimiento.

El conflicto también es un factor intrínseco en el vínculo amoroso. Y no podía ser de otra manera: un mundo sin diversidad, sin conflictos, dominado solo por los buenos sentimientos corre el riesgo de convertirse en un mundo falso y complaciente, apto para la publicidad. Tanto el odio como el amor son necesarios para vivir. El amor sin odio crea relaciones adictivas que pueden volverse sofocantes y mortales, mientras que el odio reintegrado al amor puede modular en agresión y convertirse en una fuerza vital.

El vínculo amoroso no es un estado como el enamoramiento sino un acto que, sin ignorar la pasión, no la transforma en un culto secreto del que esperar un aumento continuo de la alegría. Es un acto que, partiendo de un pacto, asume su compromiso en el mundo para construir nuevos escenarios. El amor no es un jardín ilusorio sino un jardín real. No permanece verde y florido sin un cuidado diario. No se puede esperar que en invierno el jardín haya florecido como en primavera y que el placer sexual tras años de convivencia sea el del pasado, pero sí se puede asegurar que las plantas verdes, que representan el cariño, sigan siendo hermosas y exuberantes. más como. Cada temporada nos presentará un paisaje diferente y con el tiempo nuestro jardín tomará formas diferentes e inesperadas, capaces de sorprendernos.

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